En este tema comenzaremos con los
textos folclóricos. Podemos decir que las características de un texto
folclórico son las siguientes:
Transmisión oral
Son populares
Texto simbólico
No tienen intención
Diferentes orígenes
Multitud de versiones
Podemos decir que los textos
folclóricos se podían dar en prosa, verso y teatro.
En
el teatro, encontramos dos tipos religioso y profano y un ejemplo para niños
son los títeres de cachiporra.
La
poesía puede ser según el formato, para cantar o recitar, en el folclore
infantil encontramos como representante en verso a Pedro Cerillo.
Por
último en la prosa, hablamos de relatos breves. Los podemos dividir en cuentos
literarios y paraliterarios, dentro de los primeros están las leyendas y los
cuentos maravillosos y en los paraliterarios tenemos las fábulas, los mitos y
Hagiográficas.
También
aprendimos la diferencia entre versión que es aquella que no pretende cambiar
nada y adaptación que es aquella que su intención es cambiar. A continuación
vimos las adaptaciones a lo largo de los siglos en España.
Por
último, Irune nos enseñó a diferenciar entre una historia traducida , que tiene
que venir quién la ha traducido y una adaptación.
Bajo
mi punto de vista y experiencia personal , puedo decir que lo que más me ha
llamado la atención es el tema de las adaptaciones. No podía imaginar la gran
cantidad de adaptaciones que ha habido en mi infancia y yo pensando que era la
verdadera historia. Hay historias que se parecen mucho a su cuento folclórico,
pero hay otras como la Sirenita que no tienen nada que ver la versión de Disney
y la de su autor Andersen.
Otra
cosa que me ha llamado la atención es la historia que nos contó Irune. Se
llamaba La princesa y los siete bandoleros. Nosotros cogimos la grabadora y la
estuvimos grabando mientras que ella iba narrando la historia. Tiene un gran
parecido a Blancanieves y los siete enanitos. A continuación la profesora nos
mandó que elaborásemos una adaptación cambiando cosas. La actividad es muy
laboriosa , pero nos hace estrujar la imaginación, factor importante en un
profesor de primaria, y eso es lo que realmente cuenta. Este tipo de
actividades nos van a servir en un futuro no muy lejano a nosotros.
DESPUÉS DE LAS PRÁCTICAS...
Si
nos damos cuenta, los libros y los cuentos que leen ahora los niños no tienen
nada que ver con lo que se leía antes. La magía y la ilusión que había antes en
los niños al leer un cuento no es la misma. La lectura de los cuentos
folclóricos se está perdiendo y cada vez, son más los niños que prefieren leer
un libro de Harry Potter a una historia folclórica. Es una pena que esto se
eche a perder ya que es una suerte la que tenemos nosotros de poder disfrutar
de estas historias. Bajo mi punto de vista, los profesores deberían mandar leer
este tipo de cuentos ya que son parte de la historia de nuestra literatura más
preciada. A parte, puedo decir que los niños ocupan más su tiempo jugando a las
nuevas tecnologías como las tablets o las videoconsolas que leyendo una buena
historia de Andersen. Esto es tan triste como cierto. No solo el folclore en
prosa se está perdiendo. En mi opinión como futuros maestros, debemos intentar
que el folclore, tanto en prosa como en verso permanezca en las aulas y que los
niños disfruten de los relatos.
Nuestra
misión como futuros maestros es mantener este sentimiento y esta llama
encendida ya que nos va a llenar de calor y sabiduría.
No se trata de copiar apuntes sino de demostrar que se han aprendido e interiorizado. No queda nada claro el objetivo de las adaptaciones. En cuanto a la reflexión final, no incluye lo visto en el bloque porque hablamos de textos para transmitir oralmente y no para leer y solo aparece reflejada la prosa.
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